P.A.L.O.

Los caminos largos a un escenario largo pero lleno de ideas.

Inicio de actividades académicas con un sin sabor de la vida.
Por: Lenin Omar Palma A.

Un espacio vacío en la experiencia del hombre, mis tristezas en la manera de llevar una vida académica sin dolor o tratando de evitar que lo descubran.

En un espacio vacío y lúgubre sigo una ruta hacia una clase intranquila por todos aquellos fenómenos llenos de enseñanzas expulsados a manera de una tormenta peligrosa que atraviesa la más grande muralla de mi mente dormida, ésta generalmente empieza con un ritual muy particular de un maestro de enseñanza que pareciera que analizara mi memoria y sus capacidad de entender la circunstancia en la que me encuentro en lugar de descifrar los códigos de una enseñanza que va en contramano de la situación. Esa expresión tan particular de ese ritual generalmente la acompaña con la expresión “bellezas” al referirse a ciertos compañeros que caminan en un mundillo lleno de signos particulares, porque no se sabe si es un poco gracioso o una desgracia para quienes lo perciben.

Esta sesión inició con unas torturas pequeñas mentales que llegaron a mi conciencia, porque supe que lo merecía; esto me despertó de este letargo con algo que llaman notas finales de corte, solo comparable con aquellas escenas de la inquisición. Pero en fin, luego de semejante tortura él trata de darle un orden y establece las condiciones de trabajo de lo que será el siguiente período, como si tratara de refrescar mi mentalidad agobiada.

En cada uno de esos espacios pequeños encontré a ciertos personajes tratando de vivir una experiencia de saber y también pude percibir una historia vivida en un corto tiempo; uno de ellos por ejemplo no tenía un esferográfico olvidando donde estaba porque tenía una tristeza que traía en sus venas y en su corazón por la trágica noticia de la muerte de una de las estrellas más brillantes en la historia de la música.

Este amigo mío para recordarla escuchó “Alta Fidelidad” en mi Mp4 eso por lo menos tranquilizó un poco su alma, porque la sintió muy de cerca como si nunca hubiese muerto y le hablara a su conciencia y a su corazón; era una de sus gloriosas melodías en aquellas canciones clásicas de Charly García entremezcladas en tan preciosa voz. El cielo por fin brillará eternamente.